Llega el angelote de las flechas descarriadas, ¿ha pasado ya a poneros la cabeza en los pies y el corazón a mil? ¿quién ilumina vuestras noches?
Es fecha de regalos, bombones, fotos de parejas felices en redes sociales y por supuesto mucho marketing, cada vez más… Pero por qué no, también se puede dar el caso de que se aproveche la ocasión para que surjan naturalmente demostraciones de cariño y amor sinceras. Y teniendo en cuenta el frÍo de Febrero, mejor y más calentito si esas demostraciones y arrebatos de pasión se dan bajo un edredón.
Sin dar más detalles de lo que sucede bajo las sábanas, el que escribe esto nació en Noviembre, nueve meses después de San Valentín. ¿Es Cupido el causante de que haya tantos escorpios venenosos pululando por ahÍ…? XD Investigaremosss.
Y es que El Pixel Consciente se cuestiona las cosas, justo porque es “consciente”, no podemos cambiarle, le conocimos asi XD y va a intentar profundizar en algunos temas del imaginario común…por diversión, con humor, pero con ganas, intentando dejar su pixelada huella de curiosidad entre tanta cantidad de información indiferente que nos sobreestimula cada día.
Mmm, ¿y cómo es posible que un simple pixel se haya vuelto consciente y sea tan fisgón? os preguntaréis algunos. “Eso de la consciencia… es ya mucho decir”, pensaréis. Pero no le demos vueltas, no es nada del otro jueves, tan solo ha observado como un niño, con los ojos muy abiertos y ha absorbido las cosas tal cual le llegan. Después de un tiempo con esa actitud fresquita ha adquirido sin querer la capacidad de reconocer patrones en el mundo que nos rodea, distinguir pautas y sobre todo comprender su significado.
Y ese el caso de San Valentín, como en muchas fechas señaladas se repiten cosas, se observan patrones, y se distinguen ritos…
Pero, ¿qué es un rito…? Acudamos al Principito y su amigo el zorro, que con sencillez y esa misma visión abierta nos explican muy bien en qué consiste un rito; un genio Antoine de Saint Exupery para estas cosas del querer y simplificar cosas que parecen complejas:
- Al día siguiente volvió el principito. -Hubiese sido mejor venir a la misma hora -dijo el zorro-. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -dijo el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días: una hora, de las otras horas. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. El jueves bailan con las muchachas del pueblo. El jueves es, pues, un día maravilloso. Voy a pasearme hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
Es bastante razonable que necesitemos que un día sea diferente a otro día, que necesitemos que algunos momentos sean distintos, especiales, para salir de la rutina y poder celebrar y expresarnos sin tapujos. Y eso es justo lo que sucede con San Valentín, si estudiamos su origen nos encontramos con el ritual de Las Lupercalia:
- El 15 de febrero en la antigua Roma solían celebrarse las Lupercalia, una festividad que se remonta casi a los inicios de la fundación de Roma. El término lupercalia deriva de la palabra lupus, lobo, e hircus, el macho cabrío. Este ritual comenzó durante el reinado de Rómulo y Remo, momento en que las mujeres de Roma quedaron estériles. Tras consultar al oráculo de Juno, ésta les indicó la solución: las madres del Lacio debían ser fecundadas por un macho cabrío. Y de este oráculo nació la festividad de las Lupercalia.Para celebrar esta festividad cada año se escogía a un grupo de jóvenes para formar parte de un cuerpo sacerdotal, los luperci.
El 15 de febrero los luperci se reunían en una cueva en el monte Palatino, manchaban su frente con la sangre del macho cabrío y a continuación se limpiaban con un mechón de lana mojado en leche del mismo animal. Llegados a este punto los luperci irrumpían en sonoras carcajadas y cortaban la piel de ambos animales en tiras. Desnudos y cubiertos con cuero corrían con esas tiras en mano bajando el Palatino y azotando a cualquiera que se cruzase en su camino, especialmente a las mujeres, las cuales se prestaban a ello con gran efusión ya que el latigazo purificador las haría fértiles. En esta fiesta el desenfreno y el frenesí sexual estaban muy presentes, solían formarse muchas parejas, y algunas de ellas acababan en matrimonio y tenían hijos por lo que el objetivo de la festividad, la fertilidad, se conseguía.
En el siglo V d.C. el papa Gelasio publicó un decreto contra todas las fiestas paganas, incluyendo las Lupercalia. En él criticaba duramente a los cristianos que participaban en esta festividad. Poco a poco fueron desapareciendo los elementos que configuraban este ritual (los luperci, el sacrificio ritual, el componente sexual, la fertilidad….) y Gelasio intentó eliminarlo al implantar la festividad de San Valentín el 14 de febrero, con esto pretendía sustituir la carga sexual y el frenesí de las Lupercalia por el romanticismo.
Nos parece muy curioso el origen pagano y desenfrenado de San Valentín, ¿a vosotros no? Todo esto ahora viene muy suavizado y aderezado con perfumes, glamour y chocolate, pero no está de más reconocerse, imaginar como serían esos ritos ancestrales, meter la nariz en el origen de las costumbres que tenemos hoy día. No es cuestión de volver a esos orígenes ni mucho menos azotar a nadie (si el otro no quiere XD); por lo que parece la visión del amor, el cortejo y la pareja eran muy diferentes entonces, y el marketing que ahora nos inunda brillaba por su ausencia o por sus toscas maneras. Actualmente todo es mucho más refinado, un juego mucho más psicológico, en el que está bien participar con “consciencia” 😉 observando los nuevos ritos con curiosidad y sorpresa, ahondando en su significado. Si, hoy día San Valentín ha perdido su sentido original, es trending topic, los mofletes de Cupido son carne de marketing, y el ademán disoluto de esas fiestas conmemorativas de la fertilidad se sustituyen por compras, marcas, selfies y corazoncitos en whatsapp, ¡pero podemos hacerlo cálido y divertido!
La comunicación avanza y evoluciona a pasos agigantados, ahora el marketing mueve el mundo e influye irremediablemente también en los gestos de cariño, de amor. Eso no es malo si se sabe reconocer, si uno se da cuenta y se adapta a estas nuevas formas de comunicación. Y esta es una de las misiones que ha decidido acometer El Pixel, adaptarse al cambio a la velocidad del electrón, penetrar en las raices del marketing mientras transmite una forma de comunicar más humana, más real, más consciente y respetuosa. ¿Quieres saber más? Bienvenido al afectivimarketing 🙂
De todas formas, desde luego San Valentín es un día del que gozar, por qué no, en el que jugar y regodearse en nuestros sentimientos y pasiones, hacer un poco más feliz si cabe a esa persona especial con la que queremos compartir cosas, ¿no consiste en eso? Teniendo en cuenta si es posible, como dice un buen amigo, que “El amor no se compra”…
…y que Cupido no siempre tiene buena puntería XD
¡Retozad y divertíos!
Por Manuscrito. Dedicado a APP.